A menudo, nos consultan personas que quieren comprar un piano, o incluso a las que alguien les ofrece regalarles un piano, pero que no saben como comprobar que el instrumento tiene las mínimas condiciones para ser tocado.
En primer lugar, nuestra recomendación es que compréis vuestro instrumento en un sitio de confianza, donde os ofrezcan servicios postvenda des de una óptica profesional, y que preferiblemente tengan servicio técnico propio. Un piano no es algo que se compre cada día, y el desconocimiento por parte de la persona que hace una venta a nivel de particulares, o incluso regalándooslo, os puede llevar a adquirir un instrumento que no este en buenas condiciones, por el cual habréis hecho un gasto que no siempre se puede amortizar.
Dicho esto, y con independencia de a quien compréis vuestro piano, permitirnos unas pequeñas recomendaciones.

¡Es necesario que abráis el piano! Mirar un piano por fuera, nos dice muy pocas cosas, así que necesitáis abrir la tapa, y sacar los frontales, tanto de la parte de arriba, como de la parte de abajo.

En un primer vistazo, lo que debemos confirmar es que no haya restos de óxido en las cuerdas, y el clavijero. También debemos asegurarnos que el arpa, que tiene que ser de hierro, no muestre ninguna fisura ni deterioro importante, y que la tapa harmónica, que es la madera que hay detrás del arpa, no tenga ninguna grieta que perjudicaría la dispersión del sonido.

Todavía en relación con la tapa harmónica, es recomendable que separéis el piano de la pared, i comprobéis que la tapa no presenta grietas por la parte de atrás. Podéis pedir a alguien que presione el pedal del sustain (el de la derecha), y golpear ligeramente la tapa con los nudillos para escuchar la resonancia. El sonido, debe ser limpio y exento de vibraciones.

Otra cosa que tenéis que mirar, y que puede afectar estructuralmente al instrumento, es el estado del clavijero. Las clavijas tienen que mantener la perpendicularidad con la tapa a la que están colladas, i el paralelismo entre ellas. Además, la madera que rodea la clavija no debe presentar holguras, ya que la clavija tiene que estar bien prieta.

Para acabar, aparte de estos elementos estructurales, y que son de vital importancia, hay otros elementos que nos pueden ayudar a identificar la historia del instrumento que tenemos enfrente.
Los fieltros de un piano suelen ser un buen indicador del desgaste que ha sufrido el mismo. Los martillos deberían mostrar ligeramente el marcaje de las cuerdas, indicador de que el instrumento ha sido utilizado.
Un martillo sin ninguna marca puede ser indicador de que el instrumento no se ha tocado nada, y esto, tampoco es bueno, puesto que puede provocar que los fieltros de la maquinaria se hinchen, y el mecanismo se vuelva lento y duro. Por otro lado, también puede ser indicador de que la maquinaria ha sido reparada por un técnico, que podría haber pulido los martillos. Si fuera el caso, sería conveniente disponer de la máxima información sobre quien ha hecho el ajuste.
En cambio, un martillo excesivamente marcado, significará que el piano ha sido muy utilizado, y en este caso, deberíamos asegurarnos con la visita de un técnico de que el desgaste general del instrumento no sea excesivo, y en cualquier caso, que esté acorde a nuestras expectativas.
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